Conchita Martínez Pérez

En mi caso, yo no siempre supe que quería ser matemática, ni siquiera que me quería dedicar a la ciencia. Para mí, las Matemáticas eran un juego. Me encantaban las revistas y libros de acertijos matemáticos que había siempre por casa y, de pequeña, pasaba horas con un bolígrafo intentando, por ejemplo, conectar puntos en grafos que luego supe que eran imposibles. Solo justo al final, semanas antes de hacer la selectividad, de repente algo se iluminó y me di cuenta de que esto es lo que quería hacer.

Mi investigación se encuentra entre el Álgebra y la Geometría. Concretamente, trabajo en Teoría de Grupos, principalmente en acciones de grupos en espacios topológicos. Esto es, esencialmente, una forma de estudiar la simetría. Lo que hago es lo que se llama matemática pura, pero las áreas de las Matemáticas están todas estrechamente relacionadas, lo que se hace en una, se usa en otra y, muy a menudo se encuentran aplicaciones inesperadas. De una manera más directa, he trabajado en aplicaciones en la Teoría de códigos y la Criptografía.

Creo que en ciencia las mujeres hemos ganado mucha visibilidad en los últimos años, siempre hemos estado, pero ahora se nos ve más. Pero al mismo tiempo tengo la sensación de que en Matemáticas la proporción de mujeres es menor que antes. Yo me considero muy afortunada porque tengo un trabajo que me encanta y me gusta mucho esta campaña, ya que creo que merece la pena hacer lo posible para que cada vez seamos más.