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Una exposición de 32 fotografías analiza el graffiti en el reformatorio El Buen Pastor

La muestra se puede visitar hasta este viernes 30 de junio en el centro Joaquín Roncal

Forma parte del proyecto europeo Graffiti Art in Prison (GAP) para el estudio de arte mural en espacios históricos de privación de libertad

El derribo del edificio en el 2022 ha eliminado uno de los conjuntos más extensos de este estilo pictórico que se conservaban en la ciudad
Una exposición de 32 fotografías analiza el graffiti en el reformatorio El Buen Pastor
(Zaragoza, martes, 27 de junio de 2023). La Universidad de Zaragoza participa desde hace tres años en un proyecto europeo Graffiti Art in Prison (GAP) para el estudio de graffiti de espacios históricos de privación de libertad, con la colaboración de la universidad, el contexto penitenciario, con la presencia de artistas, profesores, académicos y expertos, y la participación de 20 estudiantes de doctorado en humanidades y ciencias.
 
Dentro de este proyecto Erasmus+, se enmarca la exposición con 32 fotografías (tomadas por el grupo GAP-Universidad de Zaragoza días antes del derribo del reformatorio en el 2022) y que se puede visitar hasta el 30 de junio en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza.
 
Esta exposición se une a la celebración la semana pasada de un encuentro a la memoria de reformatorio El Buen Pastor de Valdefierro, en el que se proyectó un adelanto del documental ‘El Refor’, que finalizará en unos meses, que ha sido realizado por Adictos Producciones, recogiendo la historia y los valores de este centro, a través del testimonio de las personas vinculadas con el reformatorio.
 
Los objetivos del GAP son múltiples: estudiar los graffiti de espacios históricos de privación de libertad (Plazzo Chiaromonte Steri, Torre del Trovador del palacio de la Aljafería…) y relacionarlos con otros ejemplos de graffiti y pinturas murales de prisiones contemporáneas. El proyecto se basa en el valor de la inclusión, y a través de procesos participativos experimenta formas de relación y aprendizaje “empático” entre diferentes sujetos, sin distinción de origen. Una parte importante del proyecto consiste en llevar el graffiti como práctica artística contemporánea a los reformatorios y cárceles actuales mediante la puesta en marcha de programas artísticos para presos, con el fin de mejorar sus condiciones de vida y contribuir a su rehabilitación y reinserción en la sociedad.
 
Desde un punto de vista científico, se considerarán diversos lugares de encarcelamiento y respuestas artísticas a estos entornos específicos, en sus múltiples dimensiones: material, corporal, psicológica, espacial y temporal. La cárcel puede ser un centro de detención, un campo de concentración, un hospital psiquiátrico o, en general, una condición de privación y falta de libertad. También se abordan cuestiones metodológicas relacionadas con el graffiti, como la relación entre libertad y censura, los límites entre arte y vandalismo, la teoría y la práctica del graffiti en diferentes épocas y lugares, incluido su papel como protesta política y crítica del sistema.
 
Derribado en el verano del 2022
El derribo del inmueble, en verano del año 2022, ha amputado la memoria de los cientos de personas que se han relacionado con él: aquellas que lo construyeron (los arquitectos y los gremios implicados), aquellos que lo vivieron (internos y trabajadores) y aquellos que convivieron con él (los vecinos de Valdefierro). Su testimonio revela algunas de las consecuencias más importantes que imponen determinadas decisiones de la administración pública. A la ruptura de los vínculos emocionales, se suma la pérdida de un bien patrimonial de la arquitectura contemporánea de la ciudad que se encontraba perfectamente imbricado en la producción del Estudio Borobio, uno de los más representativos de un periodo esencial en la Zaragoza contemporánea. Asimismo, el derribo del edificio también ha eliminado uno de los conjuntos más extensos de graffiti y arte mural que se conservaban en la ciudad.
 
El proyecto europeo Graffiti Art in Prison (GAP) está formado por un equipo de estudiantes e investigadores de la Università degli Studi di Palermo, la Universidad de Zaragoza, la Universität zu Köln (Universidad de Colonia), el Kunsthistorische Institut de Florencia y la Academia de Arte y Diseño - Abadir de Catania. El proyecto está financiado en el marco del programa europeo Erasmus+ (Asociaciones Estratégicas para la Educación Superior).
 
El proyecto se ha desarrollado durante tres años (2020-2023) y experimenta con un modelo de investigación interdisciplinar a través de colaboraciones horizontales y compartidas entre la universidad y el contexto penitenciario, con la presencia de artistas, profesores, académicos y expertos, y la participación de 20 estudiantes de doctorado en humanidades y ciencias de todo el mundo.
 
El equipo de la Universidad de Zaragoza está formado por los profesores del Departamento de Historia del arte: Ascensión Hernández Martínez (Investigadora principal), Pilar Biel Ibáñez, Jorge Jiménez López y Juan Carlos Lozano López; y por los estudiantes de doctorado: Belén Buil Pallás, Inés Colás Biel, María Foradada Pina y Marcos Larraz Rincón.