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Milagros Medina Trullenque

Milagros Medina Trullenque
Especialidad
Bioquímica y Biofísica
Línea de investigación
Flavoenzimas, mecanismos de acción y biotecnología
Grupo-IUI
Grupo-Biología Estructural del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI-UNIZAR)

Qué despertó mi vocación

Soy Milagros Medina, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, e investigadora en el instituto BIFI de la Universidad de Zaragoza.

Nací en Zaragoza, pero debido a la profesión de mi padre, hasta los 9 años no comencé a vivir en Zaragoza. Desde niña tuve particular interés por las ciencias naturales y las matemáticas, no tenía claro que quería ser profesionalmente, pero sí que quería ser autosuficiente e independiente. Esta meta fue siempre fomentada por la mujer más importante de mi vida, mi madre y ama de casa en exclusividad. Tuve una excelente profesora de historia y arte en el instituto, y consideré estudiar arqueología. Pero a pocos meses del ingreso en la universidad, se disipó la posibilidad de estudiar en otra ciudad. Había que pasar al plan B, tal vez Geología, pero a última hora me decidí por Química. A través de la Química llegué a la Bioquímica. Y me fascinó como esas pequeñas moléculas que llamamos proteínas pueden realizar tal infinidad de funciones con el objetivo de mantener la vida. Tras finalizar mis estudios universitarios, exploré el mundo empresarial como becaria, pero a finales de los 80 no era sencillo para una mujer progresar en él (esta es una de las cosas que ha cambiado mucho). Otra vez al plan B. Volví a la universidad e inicié una tesis doctoral, un gran acierto que determinó la misión de mi vida profesional: desentrañar cómo son a nivel atómico y molecular las proteínas y enzimas y cómo esto determina su funcionamiento dentro de un ser vivo. 

Mis años de tesis vinieron acompañados de estancias en centros de investigación en Madrid, Marsella, Grenoble y Estados Unidos. Continué mis investigaciones en proteínas en el King´s College de Londres durante dos años y, posteriormente, volví la Universidad de Zaragoza como investigadora. Tres años más tarde comencé a compaginar mi carrera investigadora con la docente y aquí sigo. En los aproximadamente 25 años que llevo como profesora, he dirigido también mi grupo de investigación, he sido profesora secretaria del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Celular, coordinadora del Grado de Biotecnología y subdirectora del BIFI. Y, sobre todo, no he parado de intentar disfrutar de la vida en todos sus aspectos, tanto dentro del ambiente científico como en el maravilloso mundo que nos rodea fuera de él.

Investigo en… 

Mis investigaciones se centran en comprender cómo funcionan a nivel molecular e incluso atómico un tipo particular de proteínas, las enzimas. Estas son un tipo de pequeñas obreras, que ayudan a que las cosas importantes que ocurren en las células de los seres vivos sucedan de manera rápida y efectiva. En mi laboratorio exploramos el comportamiento de enzimas, tanto en su forma natural como cuando presentan mutaciones que pueden causar enfermedad, así como las diferencias de comportamiento que un mismo tipo de enzima puede mostrar en distintos seres vivos. Estas investigaciones espero que faciliten su aplicabilidad en dos campos; i) como dianas de moléculas para paliar el efecto de mutaciones que causan enfermedades o descubrir nuevas moléculas que puedan actuar como antibióticos específicos para el tratamiento de mamíferos, y ii) como biocatalizadores altamente específicos que trabajando en condiciones suaves transformen nuestras industrias (fundamentalmente químicas y de biorremediación) en más sostenibles.

Posibles dificultades: mujer/carrera investigadora

En mis años universitarios no tuve una sola profesora, mientras que las estudiantes abundaban, y algunos profesores nos animaban a iniciar una carrera científica. Hoy en día, en determinadas áreas (eso sí, no en todas) de la Facultad donde estudié, el número de profesoras e investigadoras excede al de sus homólogos masculinos. Las investigaciones en biología y medicina atraen particularmente a mujeres, contribuyendo en estos campos a generar equipos donde el género se diluye a la hora de establecer jerarquías. Espero que esto se extienda rápidamente a otras áreas científicas. No obstante, la carrera científica tiene un componente de grandes exigencias y dedicación, que es donde las mujeres nos enfrentamos al mayor reto: compaginarla con la vida privada y familiar sin autoimponernos limitaciones, compartiendo con nuestros entornos familiares y sociales la responsabilidad doméstica o de cuidados que tradicionalmente nos han acompañado. Y aquí es donde necesitamos una sociedad más igualitaria. Esto es importante porque creo que no es suficiente con que las mujeres accedan a la profesión científica, sino que es necesario que accedan a posiciones de liderazgo en la misma medida que sus compañeros y sin sentirse limitadas por el entorno laboral, familiar o social, siempre que, al igual que sus compañeros, lo deseen y tengan las capacidades.

A todos los niños, niñas y jóvenes que sentís curiosidad por saber cómo funciona el mundo os animo a que penséis en ser científicos/as. Todos tenéis la oportunidad de convertiros en nuestros futuros investigadores/as en la disciplina que más os apetezca, sin que os preocupe de cuál haya sido tradicionalmente el género dominante en ella. Os aseguro que la ciencia es muy divertida y estimulante, y los científicos/as nos lo pasamos muy bien.