Cuando era una niña pequeña mi corazón fue robado por los científicos de las películas que eran capaces de hacer cosas que parecían mágicas, como el mago Merlín de la película “La espada en la piedra”. Desde ese momento supe que yo quería tener ese súper poder, ser científica para poder hacer realidad todas las ideas que se me venían a la mente. Siempre sentí particular interés por la química, ya que es una de las ciencias que te permite entender el comportamiento de la materia y así poder manipularla para crear cosas nuevas. Ya más adelante, mientras estudiaba química en la universidad, me enamoré de las enzimas. Estas pequeñas moléculas invisibles al ojo humano fueron diseñadas por la naturaleza para llevar a cabo transformaciones casi imposibles de una manera muy limpia, ingeniosa y, sobre todo, muy eficiente. Desde entonces he centrado mi carrera en entender a las enzimas para poder emplearlas en diversas aplicaciones.
Mi investigación se centra en la biocatálisis que se puede definir como el uso de las enzimas para llevar a cabo transformaciones. En el grupo de investigación en el que trabajo, dirijo una línea de investigación en la que nos dedicamos a darle superpoderes a las enzimas. Como resultado, conseguimos que éstas hagan cosas para las que no fueron naturalmente diseñadas y así poder llevar a cabo procesos que son muy difíciles de conseguir. Las aplicaciones que esta investigación puede tener son muy amplias y diversas, pero principalmente las usamos para sintetizar medicamentos, compuestos de alto valor para la química fina y biocombustibles. Otra de las aplicaciones interesantes que actualmente tiene la biocatálisis es la transformación y aprovechamiento de la basura y/o contaminación en productos de interés social.
Debo decir que durante toda mi vida y carrera investigadora nunca he tenido ningún problema para seguir avanzando y creciendo por ser mujer. Afortunadamente mi padre y mi abuelo siempre creyeron en mí y me animaron para ser una mujer independiente y sentirme fuerte y capaz para hacer todo aquello que pudiera imaginarme. Creo que hoy en día sigue existiendo una brecha de género en los niveles más altos de las instituciones de investigación, pero también creo que se está haciendo un gran esfuerzo por incluir a la mujer en todos los ámbitos de nuestra sociedad y que cada vez estamos un paso más cerca de conseguirlo. Todavía queda un gran trabajo por hacer y por eso he decidido participar en esta iniciativa del 11F para alentar y animar a todas aquellas niñas que, como yo, deseáis transformar nuestra sociedad en un mundo mejor.